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El papel de los jóvenes urbanistas en la transformación de las ciudades


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Reconocer los logros que alcanzan los jóvenes arquitectos-urbanistas que trabajan sobre nuestras ciudades en estos días, debería ser un objetivo en sí mismo. No solo porque es un premio para la profesión – haciendo que avance y se adapte a los retos de la actualidad o el futuro-, sino porque también lo es para toda la ciudadanía.

Por: Paisaje Transversal

“Negociación urbana para la transformación colectiva de las ciudades” y “El futuro de la sostenibilidad será urbano o no será” son dos grandes lemas perfectos para comprender el papel que estamos librando la nueva generación de profesionales urbanos. La primera frase – de nuestro puño y letra- es el mejor reflejo del enfoque que damos al urbanismo desde Paisaje Transversal y que, a su vez, representa a numerosos arquitectos jóvenes que actualmente trabajan para mejorar las ciudades en el ámbito estatal. La segunda frase, se refiere a un clásico, repetida en múltiples conferencias o ensayos y que da fe de la relevancia que ha tomado lo urbano en el contexto global.

Los urbanistas noveles aprendimos en las escuelas de arquitectura cómo planificar el crecimiento de las ciudades; sin embargo, ya se percibía que el reto estaba en actuar sobre la ciudad construida y en frenar el crecimiento desmedido acuciado al calor de la burbuja inmobiliaria. La reacción de muchos jóvenes arquitectos, de modo autónomo o colectivo, ha sido generar nuevos enfoques, metodologías, tipologías de proyectos que proponen alternativas para nuestras ciudades con el fin de mejorar las condiciones de vida, ambientales, sociales y económicas. Propuestas, que a su vez, dan un paso hacia delante en la democratización de la ciudad ya que apuestan por concebir los proyectos junto a la ciudadanía que los disfrutará o sufrirá, siguiendo el espíritu de los proyectos de renovación de barrios de los años 60-70. Barrios gestados junto a movimientos vecinales para dotar de los servicios básicos a la nuevas barriadas que crecieron de la noche a la mañana en las grandes ciudades resultado del éxodo rural de los años 50.

Hoy en día disponemos de más herramientas, más datos y mayor capacidad interadministrativa. El planeamiento urbano está dejando espacio a las estrategias y a los indicadores de medición (cada vez más precisos) de la ciudad -la smartcity- para identificar y cuantificar problemas y evaluar mejoras. Además, la tecnología nos facilita nuevos canales para implicar a la sociedad en la elaboración de los proyectos urbanos. Herramientas en desarrollo que, durante la última década, están siendo usadas por los jóvenes arquitectos-urbanistas en proyectos que facilitan la transformación de las ciudades hacia modelos más sostenibles. Son múltiples las tipologías de proyectos que han nacido -proyectos tácticos, colaborativos, estratégicos y transversales- de una nueva hornada de propuestas urbanas innovadoras que están abriendo en este país una nueva ventana profesional.  Vemos éxitos en planes estratégicos y de regeneración urbana que ponen de acuerdo diferentes visiones políticas en un mismo plan de acciones a largo plazo.

Igualmente, estamos empezando a disfrutar de diseños colaborativos del espacio público que consiguen reactivar la vida social, rehabilitar tejido urbano deprimido, recuperar lugares comunes abandonados y, en definitiva, mejorar la salud urbana. A su vez, estamos viendo tácticas urbanas, proyectos reversibles, que visibilizan potenciales transformaciones de viarios generando interés entre la población y movilizando un cambio del imaginario colectivo. Ejemplos de estos procesos tenemos en muchos lugares de la geografía española: empezando por los más conocidos, como pudieran ser las supermanzanas o Superilles de Barcelona, la reforma de la Gran Vía de Madrid, o bien, otros proyectos que ejemplifican otra forma de hacer urbanismo: el proyecto 11 Plazas en la capital –concurso que apostaba por la regeneración de once lugares clave de los barrios de Madrid-; el plan Huca –donde se buscaba la mejor forma de unir tejido urbano y dotar de nuevos usos al espacio dejado por el antiguo hospital de Oviedo-, la novedosa reforma de la Rambla Barcelona, la propuesta de para la reconversión en calle de una autovía en Oviedo Imagina un bulevar, o los proyectos tácticos que se han comenzado a hacer en la Marina de Valencia.

Aplaudir cada uno de los logros que alcanzan los jóvenes arquitectos-urbanistas que están trabajando sobre la ciudad en nuestros días, debería ser un objetivo en sí mismo. No solo porque es un premio para la profesión – haciendo que avance y se adapte a los retos de la actualidad o el futuro-, sino porque también lo es para toda la ciudadanía: son proyectos colectivos que mejoran la vida de las personas poniendo el foco en su bienestar cercano y en su opinión.

Publicado en: http://blogfundacion.arquia.es/2017/12/el-papel-de-los-jovenes-urbanistas-en-la-transformacion-de-las-ciudades/

Fuente: El papel de los jóvenes urbanistas en la transformación de las ciudades

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