Nosotras y nosotros, movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales estamos comprometidas-os con el cambio social a través de la promoción, defensa y realización del Derecho a la Ciudad en todas las regiones del mundo.
El 31 de octubre, hemos acordado celebrar el Día Mundial por el Derecho a la Ciudad, reinterpretando la designación de Naciones Unidas del Día Mundial de las Ciudades.
La razón de esta decisión es simple: no es suficiente celebrar ciudades. Las afirmaciones “no dejar a nadie atrás” (de la Agenda 2030) y el “no dejar ningún lugar atrás” (de la Declaración del 9º Foro Urbano Mundial) se comprometen con la aspiración de ciudades que sean un lugar para todas-os, compartiendo derechos universales, valores y objetivos comunes; pero también ciudades que sean un lugar para todas-os, donde se puedan escuchar diferentes necesidades y se puedan dar respuestas específicas. El desafío es hacer ciudades como un bien común e implementar nuevas formas de garantizar derechos humanos con la visión del Derecho a la Ciudad y la democracia participativa, mientras respetamos el papel de las ciudades en la contribución a la redistribución económica, reconocimiento cultural y la capacidad de acción política para todas-os.
El Derecho a la Ciudad aporta una nueva y necesaria perspectiva para la implementación de la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana. En las últimas décadas, el Derecho a la Ciudad ha sido una alternativa y una reivindicación con la cual responder a algunos de los mayores desafíos de nuestro tiempo: justicia social, desigualdad, exclusión, desposesión, segregación espacial, discriminación de todo tipo, destrucción y privatización de los bienes comunes y degradación medioambiental.
Entendemos el Derecho a la Ciudad como el derecho de todos las-os habitantes, presentes y futuras-os, permanentes y temporales, a habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para el disfrute de una vida digna y en paz.
El Derecho a la Ciudad se refiere a ciudades y asentamientos humanos que respeten y cumplan los siguientes componentes:
El Derecho a la Ciudad también nos recuerda la importancia de ciudades sensibles al género e inclusivas que acojan a las minorías y la diversidad étnica racial, sexual y cultural. No puede lograrse una ciudad/asentamiento humano con igualdad de género si no se abordan los temas de vivienda, transporte, espacios y servicios públicos seguros, inclusivos y asequibles para mujeres y niñas, el acceso al trabajo y al empoderamiento económico. Para garantizar el cumplimiento de todos y cada uno de estos criterios, es vital que las mujeres participen en la planificación urbana, la gobernanza local y los procesos de toma de decisiones relacionados con sus entornos urbanos.
El lema de Naciones Unidas para este año es Construír ciudades sostenibles y resilentes“. El objetivo del Día es promover el interés en la urbanización global y fomentar la cooperación entre países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos de la urbanización, así como para contribuir al desarrollo urbano sostenible en todo el mundo.
Sin embargo, la urbanización sostenible no es suficiente. En el contexto de los crecientes regímenes antidemocráticos, corporativos y autoritarios, la criminalización de los movimientos sociales y los ataques brutales contra los defensores de los derechos humanos, hacemos un llamamiento urgente a las Naciones Unidas y a todas las instituciones internacionales, regionales, nacionales y locales, a las organizaciones de la sociedad civil y a las-os habitantes de todo el mundo para que den un paso más y adopten el Derecho a la Ciudad como un camino colectivo para construir ciudades justas, inclusivas, pacíficas y sostenibles para todas y todos.