Por: Javier Cidón Martínez, gerente para la reducción del riesgo de desastres en el Caribe, Hábitat para la Humanidad Internacional, y Salina Solomon, especialista en tenencia de suelo, Habitat para la Humanidad Jamaica
Desde 2015, Hábitat para la Humanidad está implementando un proyecto piloto de Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) llamado BRACED (Building Resilience and Capacities for Emerging Disasters) en el municipio de Portmore, Jamaica. Las componentes del proyecto son el aumento de la resiliencia de las viviendas, la mejora del acceso al agua, la higiene, el saneamiento y la gestión de desechos, la creación de alianzas entre los sectores público y privado, la mejora de los asentamientos humanos mediante planes de reordenación, y la identificación de intervenciones en infraestructuras críticas.
Todo el proyecto tiene un enfoque inclusivo, basado en el concepto de barrio, con el fin de fomentar la capacidad de las comunidades destinatarias mediante la capacitación, el empoderamiento de grupos y actividades de incidencia. Este enfoque se basa en la idea de que las personas de una comunidad son el núcleo de la misma y, si la gente está empoderada, entonces el barrio se volverá más resiliente.
Una característica muy innovadora y exitosa de este proyecto es que se trabaja en la mejora de la seguridad de la tenencia del suelo con el fin de aumentar la resiliencia de los hogares y las comunidades ante los desastres. Las comunidades afectadas por la falta de seguridad en la tenencia del suelo tienden a tener viviendas de baja calidad, infraestructuras físicas deficientes, altas tasas de delincuencia y niveles relativamente altos de analfabetismo. La falta de tenencia del suelo desmotiva a la comunidad a hacer mejoras en sus viviendas y su barrio, lo que aumenta su vulnerabilidad con el tiempo.
El enfoque convencional de realizar mejoras de la infraestructura física utilizando técnicos y trabajadores ajenos a la comunidad, ignora los problemas reales de ésta pues las mejoras no son integrales ni sostenibles.
En un barrio, para abordar el problema subyacente de la inseguridad en la tenencia del suelo, es fundamental hacer hincapié en métodos participativos y fortalecer la capacidad de la comunidad para asegurarnos de que las prácticas de RRD continúen incluso después de que el proyecto haya finalizado.
En Portmore, Hábitat para la Humanidad implementó la siguiente estrategia participativa:
Trabajos técnicos: todos los equipos de levantamiento topográfico y de mejoramiento de la tenencia del suelo estaban formados en un 95% por miembros de la comunidad.
Actividades especiales: los miembros de la comunidad planearon y/o dirigieron reuniones de sensibilización comunitaria, enumeración y ejercicios de mapeo.
Antes de que el ideal de estabilidad y autosuficiencia pudiera alcanzarse en el barrio, la mentalidad de los miembros de la comunidad tuvo que ser transformada: de pensar en su comunidad como un barrio marginal, a visualizar su comunidad mejorada y sus propiedades con valor. Durante la primera fase del proyecto, los miembros capacitados de la comunidad, denominados como asistentes de mapeo y verificación, crearon mapas de todas las parcelas dentro de la comunidad, registraron los nombres de sus propietarios e inquilinos y dibujaron las casas en cada parcela. La oportunidad de llevar a cabo una tarea tan significativa y mantener posiciones complejas en la organización reforzó el apoyo y entusiasmo de la comunidad, pues nunca antes se había hecho un mapa de la comunidad. El mapa comunitario completo simbolizó como reconocimiento para todas las personas que habían vivido en la comunidad durante tanto tiempo pero que no estaban registradas, lo que aumentó su autoestima e hizo que la comunidad viera el valor de su asentamiento.
A nivel de los hogares, el proyecto muestra que asegurar la tenencia del suelo aumenta el interés en invertir en sus casas porque se sienten más seguros de no ser desalojados de sus parcelas, y porque el suelo es un activo comercializable que permite el acceso al crédito. A nivel comunitario, la formalización de la tierra comunitaria mejora el acceso a las inversiones en infraestructura pública, ya que el gobierno es ahora capaz de proporcionar servicios públicos denegados a los asentamientos informales, como por ejemplo la red de tuberías de agua, electricidad y saneamiento. Dentro del proyecto, también se desarrollará un plan de reurbanización.
La formalización del suelo se está llevando a cabo mediante un enfoque transparente e inclusivo, el cual permite procesos participativos, empodera a las estructuras comunitarias y asegura que todos los miembros de la comunidad puedan participar y acceder a un tipo más seguro de tenencia del suelo. Esto aumenta la probabilidad de que los hogares más vulnerables tengan acceso equitativo a títulos de propiedad del suelo (por ejemplo, las mujeres podrán registrar sus parcelas a su nombre). En cada etapa del proyecto – investigación de tenencia a nivel de oficina y campo, mapeo y verificación, levantamiento topográfico y la declaración especial de la comunidad -, se llevaron a cabo reuniones comunitarias para discutir todos los aspectos del proceso. La movilización de la comunidad fue crucial para el éxito del proyecto.
En última instancia, el proceso de formalización tiene por objeto identificar un procedimiento rápido y de bajo coste que pueda repetirse en otros asentamientos de Jamaica. Esto se está haciendo en asociación con diferentes agencias gubernamentales nacionales y locales, las cuales están mostrando un enorme interés y apoyando plenamente esta experiencia.
Este proyecto está aún en marcha y se espera que termine en diciembre de 2017. Este mes se realizará una evaluación de este componente de suelo y sus resultados y lecciones aprendidas se compartirán en este mismo sitio.